Miércoles. 1 de Junio, 2016
No es algo especial escribir sobre el desarrollo urbano y la innovación social que Medellín, Colombia ha visto en los últimos doce años. Una búsqueda rápida en Google sobre el termino “urbanismo social” trae articulo tras articulo del cambio en esta misma ciudad, ilustrando como se ha transformado de una de las ciudades más peligrosas del mundo, a una de las más innovadoras. Parece que la ciudad es famosa ambos por la distancia que ha logrado desde su notoria historia reciente y violente, y las medidas creativas que ha tomado para unir a sus ciudadanos y dar apoyo a los que lo más necesitan. Con la adopción de la dirección del urbanismo social del alcalde de Medellín entre 2004 y 2007, Sergio Fajardo, la ciudad ha sido transformada. La filosofía de Fajardo era simple: “Nuestros edificios más bellos deben estar en nuestros barrios mas pobres,” pero era una idea radical en comparación con las otras formas del desarrollo urbano en el resto del mundo. (1) La decisión audaz tuvo éxito, al menos en términos de la reputación de Medellín como una ciudad innovadora, dinámica, y progresiva.
Aunque no visité Medellín durante su historia violente y controlado por los narcotraficantes, sí pasé treinta y dos días viviendo en la ciudad en 2016. Entonces, no puedo hablar sobre el cambio de la ciudad de una perspectiva personal. Pero sí puedo reconocer el uso extenso de proyectos urbanos que son ambos poco convencionales y estratégicamente colocados. Estos proyectos, que uno puede encontrar en varios partes de la ciudad, han causado un cambio visible en la comunidad dónde quedan. Estos proyectos agarraron mi atención, no solo porque se parecen tan enfocados en unir la comunidad, pero también porque casi todos han sido puestos en los barrios mas violentes y pobres de Medellín. Esta curiosidad me motivó a aprender un poco más sobre estos proyectos: ¿Que son, como se fundieron y, lo más importante, que impacto han tenido? Aunque podía ver una influencia visible de los sitios – son bonitos sitios para la comunidad y las personas realmente estaban usándolos – quería saber si todo el dinero que claramente apoyó estos esfuerzos ha sido bien gastado. En otras palabras, ¿han tenido éxito estos proyectos? ¿Han hecho una vida mejor para las personas en las comunidades dónde han estado construidos?
Con esto en mente, empecé a hacer una investigación sobre los esfuerzos del urbanismo social y sus impactos, analizándolos desde un acercamiento cualitativo y cuantitativo. Gracias en gran parte a la encuesta anual de todo Medellín sobre el índice de Calidad de Vida, estaba capaz de examinar el efecto que los esfuerzos concentrados en el desarrollo urbano y estructural habían tenido en Medellín en la última década.
La segunda ciudad más grande en Colombia, Medellín está localizado en un valle de las Andes en la mitad norte del país. Durante el siglo veinte, la ciudad creció rápidamente. Esto era debido ambos a la industrialización que pasó en la zona y el desplazamiento rural que ocurrió cuando los grupos guerrilleros armados se encargaron de la tierra de los granjeros. Esto hizo que Medellín se convirtió en un centro económico por unos y una fuga de violencia y la falta de vivienda por otros; independientemente del motivo, la gente empezó a acudir aquí.
Aunque nuevas casas estaban construidas durante este tiempo, no era bastante para coincidir con la demanda continua por un lugar para vivir. Esto provocó la formación de establecimientos ilegales e informales, especialmente en la periferia de la ciudad y entre sus cerros circundantes. Los barrios de ocupantes ilegales que fueron formados incluyen Popular, Santo Domingo, Granizal, y Doce de Octubre, barrios que todavía quedan hoy y que están considerados entre los más pobres y violentes barrios de Medellín. Estas zonas, conocidos popularmente como las “comunas” de Medellín, eran compuestos de casas autoconstruidas y regularmente no tenían acceso a los servicios básicos, debido a sus ubicaciones difíciles de alcanzar entre los cerros. Pero, estos eran los únicos lugares dónde individuales de bajos ingresos podrían construir sus casas. Al final de esta expansión urbana, estos barrios ilegales representaron el cincuenta por ciento de la población de la ciudad. (2)
Cuando se apoderaron los carteles de la cocaína en los años ochenta, estas zonas empezaron a ser sedes por muchas bandas ilegales y asesinos, empleados por los señores de la droga a llevar a cabo asesinatos y otros actos violentes. También se convirtieron en centros por las milicias guerrilleras comunistas, quien, entre mucho de la historia de Colombia, han usado tácticos ilegales y violentes a tratar de encargarse del gobierno. Casi siempre sin presencia de la ley o del gobierno para mantener orden en estas áreas. (2) Los niveles de homicidios en Medellín se subieron dramáticamente en los años ochenta y noventa, alcanzando una punta más alta de trescientos ochenta y uno asesinatos por cada cien mil personas en 1991 y quedando por encima de ciento cincuenta por 100,000 personas por el resto de los años noventa. Con estas cifras, no fue difícil que Medellín consiguió el titulo de capital de asesinatos del mundo. (7) Pero cambio empezó a venir a la ciudad y el país cuando Pablo Escobar fue matado por fuerzas especiales y los grupos guerrilleros empezaron a perder el poder y hablar sobre paz con el gobierno. Los niveles de homicidios cayeron, niveles de crimen en general disminuyeron, y Medellín empezó a enfocarse en los cambios sociales. (3)
Ahora, aunque los años del control por los narcotraficantes y la guerra de los grupos guerrilleros están totalmente dejados detrás de la ciudad, Medellín continúa luchando con la existencia de comunidades que han sido marginados y construidas de manera insegura. Aumentando el problema, muchas de estas comunidades están físicamente difíciles de acceder y entonces están fuera de la vista de la ciudadanía típica de mayores ingresos. También, los cerros y las calles desconectadas son atractivos a los grupos criminales porque hacen que la evasión de la policía sea fácil. Entonces, aunque los grupos guerrilleros de la izquierda y los señores de la droga organizados están casi sin poder en estos barrios, han surgido nuevas bandas criminales y organizaciones mafiosas en su lugar. (3)
Esto ha provocado que, desde los años noventa, el gobierno local y unas organizaciones privadas y públicas han creado programas para enfocarse en el desarrollo de estas zonas. Estos esfuerzos tratan de mejorar la calidad de vida de los habitantes de estas comunidades y pagar un poco de la deuda social que ha acumulado después de décadas de “mirar por otro lado” de la parte del gobierno. (2)
El nivel de homicidios actual en la ciudad es 26.8 por 100,000 personas, un nivel que no es perfecto (Lichtenstein no ha visto un homicidio desde 1997), pero también es lejos de ambos; los niveles del pasado de Medellín y también la ciudad con el nivel de homicidios más alto del mundo (Caracas, Venezuela con 119.87 homicidios por 100,000 personas (5)). Adicionalmente, Medellín actualmente ocupa el lugar de 49 de las 50 ciudades más peligrosas en Colombia (4), y también acaba de tener el mes de menos violencia en 37 años en términos de homicidios el abril pasado. (6) Uno no puede pasar por alto el papel de la planificación urbana estratégica en lograr estos resultados. Medellín ha sido reconocido como una ciudad progresiva e innovadora en respecto a sus medidas de desarrollo urbano. La ciudad u organizaciones propios han concedido: el premio de $1,000,000 de Acceso a Aprender de la Fundación de Bill y Melinda Gates (2009), el reconocimiento para mejores prácticas por tres programas desde la NU (2010), el premio del Transporte Sostenible del Instituto por la Política del Transporte y Desarrollo (2012), y el premio de la Ciudad Más Innovadora del Mundo del Instituto Americano de la Tierra Urbana (2012).
El regreso de Medellín con su nuevo enfoque en la renovación urbana ha sido atribuido en gran parte a su alcalde del 2004 al 2007, Sergio Fajardo. Aunque dirigentes anteriores, tanto como el estándar del desarrollo en el resto del mundo, se han enfocado tradicionalmente en construir edificios en las partes de la ciudad más prósperos y con más turistas, Fajardo tenía una vista más radical. (1) Basado en un modelo que se hizo popular con los esfuerzos de renovación urbana en Barcelona en los años 1990’s, Fajardo quería enfocarse en traer desarrollo a las zonas de la ciudad que más lo necesitaron. Así, fue la idea, las personas de estas áreas tendrían acceso a métodos de transporte más seguros y más eficientes, zonas para mejorar sus oportunidades educativas y los de sus hijos, espacios al aire libre e infraestructuras de vivienda más seguras. Así, los proyectos tendrían la capacidad de atraer la movilidad social y el orgullo en estos barrios, en turno reduciendo el crimen, la violencia y los niveles de pobreza en la ciudad. (1) Así, el urbanismo social en Medellín se nació.
Bajo la autoridad de Fajardo, el gobierno de la ciudad de Medellín adoptó la concentración de Proyectos Urbanos Integrales (PUIs). La estructura de estos se enfoque en crear equipos pequeños por proyectos específicos que podrían traer la revitalización social a los barrios más en riesgo para mejorar la calidad de vida ahí. Una de las primeras iniciativas de este plan, la línea K de los Metrocables que fue construido en el año 2004, vincula las zonas difíciles de alcanzar en los cerros con el metro central con un sistema de góndolas. Esta línea fue estratégicamente colocado para terminar en el barrio violente de Santo Domingo. Así, la línea trajo acceso a la ciudad a unos de sus ciudadanos más remotos, y también interrumpió las rutas del comercio de las drogas con la colocación de su infraestructura. Estos Metrocables fueron tan populares y exitosos que la ciudad construyó otra línea en 2008, la cual empieza en otro barrio violente de la ciudad, San Javier. (1) Los Metrocables son eficientes e inmaculados, y están patrulladas regularmente por la policía. Las rutas no solo proveen acceso al centro a los residentes que antes estaban excluidos del centro de la ciudad, pero también dan a turistas y ciudadanos de clase alta una vista a la vida en las comunas que antes era fácil de pasar por alto.
Con un enfoque similar, la ciudad construyó más métodos de transporte para conectar y mejorar las comunidades que habían sido creados en el crecimiento rápido y peligroso de Medellín durante los años del siglo veinte. Estos trajeron estructura, orden y conexión a los territorios con esfuerzos como la creación de vías peatonales y la construcción de puentes y aceras entre barrios que antes estaban desconectados. Con la inauguración del Proyecto Piloto de Consolidación de viviendas en la comunidad de Juan Bobo, el gobierno también se enfocó en mejorar las condiciones ambientales por ambos las personas y la tierra en las zonas dónde las casas habían sido construidas peligrosamente y de manera ilegal. Este enfoque en los ecosistemas invadidos por el urbano miró a los hábitats naturales como los cerros que habían invadidos de una forma invasiva o precario y quiso tratar de mejorarlos. Con esto en mente, la ciudad construyó diez edificios nuevos para personas que tuvieron que estar relocalizados por las condiciones malas. Durante este tiempo, la ciudad recreó esta zona, construyendo nuevas casas, senderos, y espacios públicos. También trajeron nuevos servicios públicos para los residentes de la comunidad. (11) Semejante en el barrio de Aranjuez, la ciudad se enfocó en un área que había sido su basurero en años pasados, la Mora de Moravia. Este zona había atraído a ocupantes ilegales quien buscaron entre la basura por alimentos y otras cosas para ganar dinero. Ellos habían establecido casas en este lugar que era muy peligroso ecológicamente. La ciudad ayudó a relocalizar las personas viviendo aquí, mientras ellos se enfocaron en limpiar el área, haciéndolo más saludable con medidas como la adición de plantas que eliminaran las toxinas de la tierra. (12)
Finalmente, la ciudad instaló unas Escaleras Eléctricas en la Comuna 13, un viaje de diez minutes desde dónde empiezan el Metrocable de la línea J. Hay seis escaleras en total que ayudan pasajeros subir un cerro grande hasta las partes más arribas del barrio. Policía están estacionados debajo de cada escalera para mantener orden en el área. Uno de estos miembros de la policía me explicó que unas artistas locales habían pintado los paredes cerca de las escaleras, muchos haciéndolo sin pago, nada más queriendo contribuir a la comunidad. También, organizaciones locales se juntaron con los dueños de las casas alrededor de las escaleras a proveerlos con pintura, materiales por el jardín, y otros métodos a mejorar sus fachadas. En unos casos, también construyeron nuevos techos por los dueños. Como los Metrocables, las Escaleras parecen estar muy buen conservados, y hay incluso una oficina para EDU, la empresa del gobierno y grupos industriales y empresariales que construyó el proyecto en el medio del mismo sitio. Desde Mayo, 2016, el gobierno también estaba en medio de construir un camino peatonal y de motocicletas que conectará tres comunidades vecinos al final de las Escaleras que antes fueron inaccesibles entre sí.
Otro enfoque que empezó con Fajardo era la adopción del eslogan, “Medellín, lo Más Educado.” Esta idea creó el desarrollo de tres proyectos del urbanismo social, claves en la ciudad: su red de Parques Bibliotecas, sus centros de Jardines Infantiles Buen Comienzo, y sus Colegios de Calidad.
Quizás una las medidas del urbanismo social más famosas en Medellín, los Parques Bibliotecas están puestos en las áreas más en riesgo de la ciudad y son espacios grandes, construidos por y con la ayuda de la comunidad. Casi todos incluyen lugares al aire libre y también lugares interiores con espacio por aulas con computadoras, estanterías de libros, mesas grandes para estudiar o juntarse, talleres, cafeterías y a veces auditorios. Los paredes llevan fotos y descripciones sobre los esfuerzos y la participación de la comunidad, fomentando que los residentes ayudan en la planificación del desarrollo de sus barrios. La entrada es gratis y hay policía puesto en varios lugares dentro del espacio. Proveen un lugar seguro para que la comunidad pueda juntarse, enfocándose en el desarrollo social y cultural y mejorando las oportunidades educativas que existen en el barrio. Al principio, cinco fueron construidos en diferentes zonas de la ciudad, con el Parque Biblioteca San Javier siendo el primero y el Parque Biblioteca España siendo el más famoso por su arquitectura distinta. Debido a su éxito, cinco mas fueron construidos hasta el año 2011. (9)
Con catorce lugares en la ciudad, los Jardines Infantiles Buen Comienzo han sido lugares más y más populares para el cuidado de los niños en muchas comunidades de bajos ingresos de Medellín. El primer sito, Buen Comienzo Mamachila, se inauguró en el 2009 bajo la dirección del alcalde en ese momento, Alonso Salazar. Fue establecido en Aranjuez, un barrio en la parte norte de la ciudad que ve altos niveles de crimen, pobreza, y la desigualdad de ingresos. Estos centros típicamente aceptan niños de los tres meses hasta los cinco años, proveyendo ayuda y servicios educativos a más de 1,000 niños. (10) Similarmente, el red de Colegios de Calidad que construyeron en la década anterior ha traído edificios nuevos y mejores y la educación pública gratuita a comunidades como Santo Domingo donde más lo necesitan.
En los primeros cuatro años de la planificación del urbanismo social, la ciudad y otras organizaciones de urbanismo habían dado empleo a 2,300 residentes locales y habían creado proyectos en más de 125,000 metros cuadrados de tierra. (11) A organizar y crear estos proyectos, el gobierno apoderó al EDU con el trabajo de encargarse de muchos de las implementaciones de los PUI’s. Para financiar los proyectos, los equipos de cada PUI organizan las donaciones de los donantes locales, nacionales, e internacionales. Los gastos gubernamentales han subido mucho también para financiar estos proyectos, con el gasto total y por cada persona cuadruplicando entre el año 2000 y 2010. (8) El gobierno también ya está dependiente del apoyo financiero de socios corporativos, incluyendo empresas locales como Bancolombia (el banco más grande del país) y Nutresa (un fabricante de alimentos grande), también inversores extranjeros como Toyota y Phillip Morris. También hay muchos jugadores claves que son empresas sin fines de lucro, como Proantioquia, una organización fundada por empresarios locales quienes animen al sector privado a revitalizar los proyectos públicos. (1) EPM, la empresa de las utilidades publicas de la ciudad que es una empresa sin fines de lucro, también dona más del cincuenta por ciento de sus ingresos a financiar los proyectos del urbanismo social en Medellín. Según el Vicepresidente Ejecutivo de las Finanzas Corporativas y la Gestión de Inversiones, en 2015, la empresa ha donado $358 millones de dólares (USD) a la ciudad de Medellín. (13)
Para examinar el impacto de los proyectos del urbanismo social, en 2004, Fajardo relanzó la Encuesta de Calidad de Vida de la ciudad y pidió que se hiciera cada año. Esta encuesta se enfoca en cientos de diferentes métricos relacionados a los ciudadanos y sus percepciones, sus niveles de educación, la calidad de sus casas, y más cosas, entre todos los barrios de Medellín. Estas cifras luego fueron compilados en un índice de Calidad de Vida por cada barrio. Esto, después, fue usado para determinar el valor do los esfuerzos de planificación anteriores y también para guiar la creación del desarrollo nuevo en el futuro. Ahora, el gobierno continua tomando estas encuestas y compilando un índice de Calidad de Vida cada año. Empezando en el año 2010, empezaron a usar un nuevo métrico, el índice Multidimensional de Condiciones de Vida, a medir la calidad de vida en cada barrio. Es este nuevo métrico, el cual incluye más variables, como la percepción de cada persona de su calidad de vida y los impactos al medio ambiente, que el gobierno usa ahora para guiar la estrategia y las decisiones para crear el siguiente Plan Urbanístico de la ciudad.
Pero, el hecho de que estas cifras solo existen desde el año 2010, yo elegí enfocarme en el índice tradicional de la Calidad de Vida para mi evaluación del impactos de los proyectos del urbanismo social. Porque los datos del índice de Calidad de Vida existen desde el año 2004 hasta el año 2014 y las cifras del año 2015 no están disponibles ahora, yo investigué los números de esos once años en mi análisis.
El índice de la Calidad de Vida se calcula por medio de agregar los puntos en los varios métricos de cada casa encuestada en un barrio. Los métricos están listados abajo, agrupados por categoría:
La Construcción de Casas y Servicios
Artículos de Lujo de Casa
Educación
Condiciones de la Casa
Aunque podría haber estudiado los datos de forma individual en mi análisis – por ejemplo, ¿el crimen se bajó durante estos años? O, ¿los Parques Bibliotecas han traído una subida en los niveles de educación de una familia? – escogí, en vez de esto, enfocarme en el índice de la Calidad de Vida en general. Porque este índice contiene varios diferentes factores en un métrico estándar y también por la idea detrás de los proyectos del urbanismo social fue traer un incremento en la calidad de vida en conjunto. El punto de vista del gobierno era, con una calidad de vida mejor, surgiría más movilidad social, mejores oportunidades educativas, y una reducción en crimen. Hipotéticamente, si habría un aumento en los índices de Calidad de Vida después de que un proyecto haya estado abierto en una comunidad, uno podría esperar que los otros métricos estén moviendo también.
La pregunta que yo quería examinar fue: ¿En los barrios dónde han sido introducidos, han causado una diferencia en el índice de Calidad de Vida los proyectos del urbanismo social? Para dirigir mi investigación, al principio quería ver si había una diferencia estadísticamente significante entre el índice de un barrio en concreto, el año antes y el año después de que un proyecto abrió allí. Pero, porque no tuve acceso a los valores de los datos que el gobierno usó para calcular el índice, y solo tuve el índice entero por cada año, no podía calcular significantes estadísticas así. Entonces, en lugar de eso, elegí comparar todos los índices antes de que un proyecto se abriera (empezando en el año 2004), con todos los índices después de que el proyecto se abrió (terminando en el año 2014). Examiné diecisiete proyectos, cuales escogió basado en su representación de otros proyectos, como la mayoría de los Parques Bibliotecas originales y unos nuevos, o su representación de la concentración del urbanismo social mencionado arriba. Había unos proyectos que consideraba estudiar que finalmente no escogí, como el Metro, porque este traía beneficios a la ciudad entera y no a un barrio específico. Tampoco incluí proyectos que abrieron después del año 2014.
De todas formas, encontré que había una diferencia estadísticamente significante entre el índice de Calidad de Vida en un barrio antes y después de que un proyecto se abrió allí en cuatro casos:
He creado un mapa interactivo, que puedes ver aquí, a demostrar los perfiles de estos barrios y como han cambiado sus índices de Calidad de Vida entre los años (haz clic para explorar).
Estos resultados son interesantes. De los diecisiete proyectos que yo investigué, parece que solo cuatro causaron un aumento significante en la calidad de vida del barrio dónde se fundaron. Esto es un índice de éxito del veinticuatro por ciento solo. También, los resultados muestran que los proyectos con el impacto más grande son los Parques Bibliotecas. Con su concentración en proveyendo un lugar seguro para juntar, recursos tecnológicos para el uso publico, y un diálogo sobre la importancia del papel de la comunidad en el desarrollo, es fácil ver porque estos han sido tan exitosos. Pero, ¿por qué no hay una diferencia en la calidad de vida con la introducción de los otros proyectos?
Algo importante que debemos considerar es la posibilidad de fallas en mi investigación. No escogí todos los proyectos del urbanismo social para estudiar, solo algunos, entonces es posible que no viera otros sitios que han tenido impactos significantes. También, solo estudié el índice de Calidad de Vida, no los métricos individuales. Había anticipada investigar las medidas de educación, el costo de la vida, y las percepciones de las personas sobre su calidad de vida (a ver si habría una diferencia entre estas percepciones y el número creado por el gobierno), pero no tuve acceso a los datos. Tampoco exploré otros datos que podrían haber sido interesantes, como los niveles del desempleo o como ha transformado el material de construcción de las casas, por ejemplo. Finalmente, no hice mucha investigación cualitativa en los barrios actuales dónde los proyectos han estado puestos. Recomiendo que cualquier investigación en el futuro deba enfocarse más en este aspecto, hablando con las personas en las comunidades y notando sus reacciones y opiniones sobre el cambio de su barrio (eso sí existe).
Me parecía que los ciudadanos con quienes sí hablé tenían una característica en común – casi todos de ellos estaban al menos mínimamente conscientes de los proyectos del urbanismo social y el hecho de que Medellín es un poco singular en usarlos. Con este reconocimiento vino un orgullo en la ciudad. Muchas personas con quien hablé admitieron que su ciudad ha tenido una historia turbulenta, y aunque problemas todavía existen y el gobierno podría hacer mucho más, sí hay esfuerzos notables por la parte del gobierno y la ciudad en conjunto.
Sin embargo, la realidad de la situación es que los proyectos del urbanismo social no han sido totalmente triunfantes cuando examines solo el índice de la Calidad de Vida. También, algunos de los proyectos han sido criticados. Muchos proponen que el dinero gastado en las Escaleras Eléctricas de la Comuna 13 podrían haber sido mejor gastado a beneficiar más personas, por ejemplo. Otros dicen que el Parque Biblioteca España, acaso el más notable de todos por su única y innovadora arquitectura, actualmente está deteriorando estructuralmente. Gracias a los periodos largos de esperanza, los Metrocables han sido criticados por añadir tiempo al viaje, en vez de eliminarlo. (7)
Aun así, el hecho de que sí ha habido algunos aumentos en los índices no es un asunto de poca importancia. Adicionalmente, el reconocimiento global de Medellín como un lugar de innovación urbana solo puede ser bueno. Como argumento en contra, los proyectos de renovación urbanos podrían ser criticados por ser nada más que sitios de marketing que realmente no causan un incremento en la vida de los ciudadanos. Pero, yo argumentaría de que incluso si sí son proyectos lujosos que han atraído la misma cantidad de uso turístico que uso de los ciudadanos, todavía tienen el potencial para inculcar un orgullo en la comunidad y también a crear un mercado deseable para futuras inversiones. Considerando todo, aunque los proyectos del urbanismo social en Medellín no son milagrosos, yo sostengo que han desempeñado un papel importante en la confirmación de la ciudad como un lugar dinámico y desarrollado, como es hoy en día.
Para dar resumen a mi investigación, el mapa interactivo abajo, muestra todos los proyectos de urbanismo social que yo estudié y como han afectado los índices de Calidad de Vida en sus respectivos barrios.
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